PANIC LAB (reseña)

Mientras estuve en Santiago durante los meses de verano a este lado del mundo, en una tienda de «sofisticadas curiosidades y juguetes» (Genial, Costanera Center), me encontré con una lata colorida y llamativa que enseñaba unas locas amebas bajo el rótulo de Panic Lab, al acercarme descubrí que se trataba de un juego de mesa infantil editado por Gigamic.

En honor a la verdad, me lo compré (casi) únicamente porque el juego de marras valía 6 lucas (lo que vendrían a ser algo así como €7,8), algo baratísimo para el estándar de por aquí.

Se trata, sin embargo, de un conjunto bastante interesante: 25 losetas (algo endebles, pero bien impresas), cuatro dados especiales (d6), una bolsita con fichas plásticas de color rojo y unas reglas en varios idiomas (español entre ellos, se agradece).

El juego obedece a una mecánica de agilidad y capacidad mental y visual para descartar patrones, asumir cambios de información básica e identificar ejemplares únicos dentro de un universo de semejantes. El tema del juego habla sobre que en un laboratorio han escapado varias amebas (objetos de investigación) y que deben ser encontradas antes de que sea demasiado tarde y se pierdan para siempre. La mayoría de las losetas enseña amebas de dos tipos básicos: de dos ojos (¿caracoles?) y de un solo ojo (¿pulpos?).

Sin embargo de ambas especies pueden encontrarse también ejemplares rojo/naranja y azul/morado, además de patrones punteados y rayados, en todas las combinaciones posibles.

Encontraremos también tres losetas que representan las tres distintas «cámaras de eclosión» (roja, azul y amarilla), de donde escaparán las amebas que deberemos buscar; algunas «rejillas de ventilación», que las ayudarán a escapar; y algunas losetas de «mutación», que cambian las características de las amebas (caracoles por pulpos, rojo/naranja por azul/morado y punteadas por rayadas).

Durante la preparación de la partida de revuelven las losetas (todas juntas) y luego se distribuyen al azar formando un cículo con todas ellas boca arriba. Eso sería todo el setup, aunque hay que mencionar que tiene su dificultad el formar dicho círculo.

Todos los jugadores juegan simultáneamente en cada ronda, al inicio de ellas se define la ameba que se debe encontrar y la dirección (a favor o en contra de las agujas del reloj) en que debe buscarse (eso es importante porque existen dos ejemplares idénticos de cada ameba) a través del lanzamiento de los cuatro dados: uno de ellos indica si se trata de un caracol o de un pulpo, otro indica si es rojo/naranjo o azul/morado y un tercero si se trata de un ejemplar moteado (puntos) o rayado. El cuarto dado indica la «cámara de eclosión» de la cual escapó la ameba y en que sentido lo hizo (izquierda o derecha).

De acuerdo a los resultados de los dados de arriba: ¿cuál es la ameba que ha escapado?

A contar de la «cámara de eclosión» revelada por el dado y en el sentido indicado, los jugadores deberán ir buscando, loseta por loseta, la ameba indicada por los dados, teniendo en cuenta que cada vez que el recorrido se encuentre con una «rendija de ventilación», se saltará automáticamente a la siguiente rendija (ignorando las losetas intermedias) y que cada vez que el recorrido se encuentre con una loseta de «mutación», obrará el cambio correspondiente y se deberá continuar buscando a la ameba «mutada». El primer jugador que pose su dedo en la ameba correcta, será el ganador de la ronda y se le entregará una ficha. El jugador que más fichas recolecte en tantas rondas como se desee jugar, será el ganador.

Como ya he mencionado, se trata de un juego sencillo, con una mecánica interesante y que a ratos se convierte en verdaderos desafíos mentales, pero que sin embargo, al igual que sucede con muchos juegos infantiles, a las pocas rondas tiende a volverse aburrido para los más adultos. Personalmente pienso que sofisticando un poco más esta mecánica y (a lo mejor) añadiendo un tema un poco menos inocente, podría resultar un excelente filler o party-game casual.

FICHA

  • Autor: Dominique Ehrhard
  • Editorial: Gigamic
  • Año: 2012
  • Cantidad de jugadores: 2-10
  • Edad recomendada: 8+
  • Duración estimada: 30′

 

(Imágenes son cortesía de BGG; vídeo cortesía de Gigamic)

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